martes, abril 10, 2007

Don erre que erre

Los hay que no quieren, o no saben aprender de sus errores. El concejal de cultura de Getafe, José Manuel Vázquez es uno de los que no quieren, porque suponemos que saber, sabrá.

Hace ahora un año nos sorprendía ejerciendo de “cacique” para recomendar a empresarios de la localidad que contratasen espacios publicitarios con una editorial para una revista especial de las fiestas. No sólo se hacía competencia a sí mismo (el Ayuntamiento buzonea cada año el programa oficial), sino que consentía, en un acto de posible prevaricación y de inusitada irresponsabilidad, favores para una empresa en detrimento de otras que se dedican a la publicidad y la comunicación.

Pues bien, el “señorito” vuelve a las andadas y sigue empeñado en que sus “amigos” hagan negocio a costa de la cultura y las fiestas locales. Todo ello a cambio de una falla que arde cada año en época festiva.

Es inconcebible la actitud caciquil y prepotente de este señor, incapaz de reconocer sus errores. Además, el hecho de seguir en las listas del PSOE (se rumoreó hace meses con la posibilidad de que saliese del Ayuntamiento, habida cuenta de la nefasta legislatura que ha protagonizado) le va a hacer reforzar más su ya de por sí altivo ego. No en vano va a ser el cuarto hombre fuerte de los socialistas, por detrás de Pedro Castro, Santos Vázquez y David Castro. Crudo lo tiene para ascender más. Pero eso le vale.

Volviendo a su implicación personal en el negocio particular de otros, la excusa dada por José Manuel Vázquez es que en otros municipios hay concejales que han actuado de la misma forma, firmando de su puño y letra una recomendación explícita, una especie de coacción al empresario. ¡Y se queda tan acho! Como si los delitos, por el hecho de ser extensivos, dejaran de serlo. Casi nada.

Zole, el mismo que ha enredado hasta la saciedad con la adquisición de una colección privada de arte por parte del Ayuntamiento, prefiere machacar a las empresas de la localidad antes que hacer frente a sus compañeros de Gobierno local a la hora de solicitar presupuesto para las fiestas.

Este año electoral, en el que se andan reduciendo partidas sociales para aumentar los gastos de propaganda y publicidad para el alcalde (hablaremos de este atropello en otro artículo, pues el tema lo merece), nadie se atreve a reivindicar más atenciones y el concejal de Cultura no va a ser menos.

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