jueves, mayo 27, 2010

La encuesta I

Se oye, se comenta, se rumorea que “habemus encuesta” sobre intención de voto en nuestra localidad. La consulta (que existe), encargada por el Partido Popular, ofrece datos que a todos pudiesen satisfacer y a ninguno pudieran convencer.

Según esas primeras estimaciones de intención de voto (los datos, las cifras, los números quedan en la nevera para posteriores entregas de este post-serial) los que están, estarán; los que quieren estar, puede que estén; los que mandan podrían seguir mandando y los que aspiran a mandar puede que manden; los que bajaban, podrían bajar, pero también puede que suban respecto a la bajada inicial; los que subían podrían subir, aunque con una escalada a mitad de camino respecto a lo esperado; los que se mantenían se mantendrán y a los demás… si son creyentes, les queda rezar y, si no lo son, resig-nación.

Resta un año para que los vecinos y vecinas decidan con sus votos quiénes serán sus gobernantes por un espacio de cuatro anualidades más (aunque siempre se producen cambios a lo largo de la legislatura, unas veces para bien, y otras para no tan bien como en esta última) y pudiera parecer que estamos en la recta final de la campaña electoral, que apenas hay tiempo para enmiendas y rectificaciones.

Por este mismo motivo, por el excesivo estado de tensión en el que viven nuestros políticos, la encuesta (ésta y cualquier otra que se filtre o que se salga a la luz) cobra mayor importancia. Porque, aunque todos digan con la boca chica que las encuestas son sólo eso, a nadie se le escapa que el termómetro que las regula marca la temperatura de la ciudad, con más o menos tino.

Y también es cierto que con los números fríos llegarán las repercusiones. Habrá que estar atentos al monitor…

jueves, mayo 06, 2010

El día de la marmota


Parece tener el PSOE de Getafe su “dejavu” particular, el famoso “día de la marmota”, que atrapaba a Bill Murray en una constante repetición de su vida. Digo esto porque a raíz del movimiento que mece estas últimas semanas el barco capitaneado por Pedro Castro (al que, por cierto, las grietas empiezan a jugarle una mala pasada) comienzan a dejarse ver en la cubierta personajes que fueron en su día figuras con mando a bordo y que ahora, habida cuenta de la debilidad que en algunos sectores se le supone al jefe de filas de los socialistas, pretenden colocarse de nuevo la casaca con los galones.

Empiezo hablando de Francisco Hita, ex concejal de Juventud, de Industria, de Medio Ambiente y de Urbanismo, en las diferentes legislaturas en las que ejerció su labor como edil en el Ayuntamiento. Después de su incursión en el mundo del ladrillo, una vez alejado de la escena política, y toda vez que sus expectativas iniciales de sumarse al grupo de ex concejales que lideran el Urbanismo local terminaron perdiéndose en el mar de los tiempos, vuelve a emerger para, de aquí a nada, convertirse en gerente de Getafe Iniciativas.

El actual en el cargo, Felipe García Labrado, ha decidido jubilarse, hastiado de la política (primero estuvo en las filas de Izquierda Unida, para posteriormente hacer un ejercicio de enroque y abrazar las espinas del puó y la rosa) y después de una trayectoria al lado de David Castro, hijo del alcalde. Y en el PSOE han conminado al primer edil a que abra la puerta para que Hita vuelva a tener trabajo reconocido y, por la memoria de la empresa municipal, bastante bien remunerado.

Y hete aquí que, cuando surge el nombre del ex de Urbanismo, empieza también el baile de otro que fue, que mandó y al que terminaron mandando al exilio, acusado sin juicio, de ser la “garganta profunda” que destapó el caso Neira en el municipio y por el que se escribieron ríos y ríos de tinta a cuenta del enriquecimiento de varios ex concejales socialistas.

Rafael Caño, ex de Cultura, ex teniente de alcalde, ex presidente del Área Social, vuelve a las andadas. Desde su retiro en el Centro Cívico de la Alhóndiga, ha esperado agazapado el momento de hacerse notar. Dispuesto a finiquitar el movimiento asociativo 14 de Abril, que anda dando sus últimos coletazos, pretende revivir un foro social parecido, ajeno, según comentan, al mundo del ladrillo.

Claro que su valedor en estas lides no es ni más ni menos que José Manuel Vázquez, concejal de Urbanismo y Cultura, quien debe a Caño su irrupción en el mundo de la política. Que un movimiento social tenga entre sus “padrinos” al concejal de Urbanismo no permite vislumbrar con claridad su auténtico fin social. Pero ya se verá.

Así pues, como bien refleja la rumba de Peret, los hay que “no estaban muertos, que estaban tomando caña, lerelerele”.