lunes, octubre 21, 2013

Aguas calientes



La inauguración de los nuevos vestuarios que dan servicio a los campos de fútbol del polideportivo de El Bercial tenía guardada una sorpresa desagradable para los cientos de usuarios de dicha instalación.

Casi dos meses después de su puesta en funcionamiento, el complejo, al que los propios técnicos municipales calificaron como el más completo de la ciudad en instalaciones de idénticas características, carece de suministro de agua caliente. Y ahora, que las temperaturas empiezan a acoplarse con el calendario otoñal, la simple idea de ducharse tras la práctica física diaria pone los pelos de punta.

La responsabilidad de tan surrealista situación hay que achacársela, dicen, a la empresa suministradora de luz, según el propio alcalde, que se niega a aportar el boletín necesario para que las calderas funcionen con normalidad. Todo, en base a la antigua deuda que el Ayuntamiento mantiene con la empresa Iberdrola y que, al parecer, nada ni nadie puede cuantificar con precisión necesaria para solventar el conflicto.

Ahora bien, ¿tan sólo niegan la luz a las calderas? ¿Cómo es posible que el resto de la instalación si mantenga suministro eléctrico? De querer presionar para garantizarse el cobro, ¿no sería más lógico que la compañía eléctrica mantuviese en penumbra todo el edificio para impedir el uso total del complejo? Sonar, lo que se dice sonar…

Partimos de la base que ningún chaval que haga ejercicio en una instalación municipal debería carecer de los más básicos suministros para completar su actividad deportiva. Es decir, un vestuario donde cambiarse, un lugar en el que dejar la ropa y unos aseos para la correcta higiene. A partir de ahí cada cual que haga con su axila lo que le venga en gana.

Si ya sabían en el momento de su presentación en sociedad que el edificio no disponía de todos los recursos necesarios para un correcto funcionamiento, ¿por qué se abrió? Y tras este plazo de tiempo, ¿por qué no se ha actuado con la celeridad necesaria para subsanar el error? ¿Tan difícil resulta sentarse con Iberdrola para pactar el suministro y acordar plazos en los pagos pendientes, aunque sean del Cretácico?

¡Venga, va!, que los chicos lo van a gradecer.


lunes, octubre 14, 2013

Con el dinero (ajeno) no se juega

Acaba de publicar la página web del Ayuntamiento de Getafe la relación de sueldos y bienes de los cargos públicos con dedicación exclusiva, tal y como fue aprobado en Pleno a propuesta de los grupos minoritarios en el hemiciclo municipal.

Habida cuenta de cómo está la situación y el ambiente de crispación que se vive en el conjunto de la sociedad (getafense, madrileña y española) podría hablarse de un ejercicio de funambulismo sin red que soporte un hipotético costalazo de quienes, dicen, representan a sus ciudadanos.

No está mal que algunos saquen al aire sus ingresos (ya que, al parecer, hasta los que menos tienen ocultan lo que ganan) y quieran hablar de transparencia, aún a costa de exponer lo más “sagrado” que tenemos –en esto caso, que tienen-: nuestros bienes gananciales.

Hasta ahí todo correcto. Más de una veintena de cargos públicos que le dicen a sus votantes –quienes les han puesto donde están, y agracias a quienes cobran lo que cobran- que en un año se llevan, por barba, una media de 40.00 pavos, limpios de polvo y paja.

Lo que queda en el tintero de este “exhibicionismo nominal” es el recelo que provoca en aquellos mismos cargos, elegidos en las mismas listas, que, por avatares de la estrategia política, quedan apartados de la opción de cobrara también de la misma saca.

En el caso de Getafe, que sepamos, cuatro del PSOE, uno del ex de UPyD y ahora una del PP. Seis ediles, que juraron sus cargos exactamente en el mismo momento que los que exponen sus emolumentos en la web municipal.

¿Dondé está la vara que limita la opción de tener nómina?

Alternativas, haberlas, las hay. Desde un reparto equitativo de los gastos en el conjunto de la Corporación, hasta una distribución proporcional para cada grupo en función de sus integrantes y sus responsabilidades. Claro, que, a lo mejor, incomoda.

Hay ediles partidarios de que todos tengan sueldo (más para los que gobiernan –lógico- y menos para los que opositan), claro que eso supondría igualar fuerzas, no ya en relación al Ejecutivo, sino entre los mismos concejales de los grupos de oposición. Y algunos no quieren ni pararse a pensarlo.

¿Se imaginan una votación plenaria en la que se plantease esta alternativa? Doce, más uno a favor, cuatro más uno abstención; y ¿en los otros nueve?

Como diría el ínclito Javier Krahe: “Un burdo rumor”