miércoles, octubre 03, 2012

Trabajar en John Deere, más complicado que el Euromillón

Getafe ha estado estos días en las portadas de los diarios nacionales y en los telediarios a cuenta de la oferta de trabajo presentada por John Deere. La factoría de tractores ha anunciado la creación de 150 puestos de trabajo que, visto cómo está el panorama, suena a música celestial para los oídos de miles de personas ansiosas por acabar con su particular drama laboral.

La noticia ha concitado la atención de periodistas que nunca han estado en Getafe, que tienen referencia de nuestra ciudad por el equipo de fútbol y que saben que estamos en el “culo” sur de Madrid. Tal ha sido el estruendo que ha armado la interminable fila de opositores que no sólo ha dado la vuelta a varias manzanas de la sede de Adecco, empresa encargada de la contratación, sino que ha girado por las pantallas de los televisores de media España.

Hasta 15.000 candidatos han presentado su currículo para la oferta tractorista. La inmensa mayoría de ellos, cien por cada una de las plazas que quiere cubrir la empresa, ni siquiera sabía a qué puesto de trabajo optaba. Da igual. Viniendo de una de las grandes industrias de la región todo vale. El caso es salir de las hinchadísimas listas del paro y generar ingresos. Acabar con el mal fario, en definitiva.

Lo triste del tema es que las quince mil personas que aguardado estoicamente horas y horas antes de poder sellar su demanda y aspirar a un trabajo van a tener que pasar dos filtros antes de saber si formarán parte de una cadena de montaje de aquí a poco. Adecco y John Deere (la factoría también ha sufrido el colapso ante la presencia de cientos de aspirantes que pensaban que presentando credenciales en la misma fábrica podrían tener más cerca el curro) han anunciado que habrá un sorteo ante notario para hacer una primera selección.

De los 15.000 aspirantes, el fedatario dejará fuera a 13.500. Así, por sorteo, cual si hubiesen adquirido un cupón de Euromillones, sabrán si son dignos candidatos a una plaza en John Deere. De un plumazo se frustran las esperanzas del 90 por ciento de los que durante varios días han sido insomnes figuras apostadas en los aledaños de la calle Madrid.

Los otros 1.500, los agraciados con el sorteo, sabrán entonces que uno de cada diez tendrá trabajo. Imagino que, ahora sí, la capacidad curricular, la experiencia y la idoneidad para desempeñar expuesto ofertado tendrán que ver con su hipotética elección.

Getafe, la de las grandes factorías, la capital industrial del sur, la locomotora comarcal se ha convertido, involuntariamente, en fiel reflejo de la miseria que esconde la crisis económica. Quince mil aspirantes a 150 plazas. ¡Qué barbaridad! Todos en fila de a uno. Imaginándose en su espera como la lechera del cuento, sosteniendo el cántaro de la esperanza y aferrándose a él como a un billete de lotería.

¿Se imaginan lo que pasaría ene estos momentos si a otro de los grandes monstruos industriales de esta ciudad como EADS-CASA le diese por poner en el mercado, de golpe y porrazo, otros 200 puestos de trabajo? La fila de demandantes daría para llegar hasta Pinto y dar la vuelta un par de veces.

Jodida ciudad.



martes, septiembre 04, 2012

¿Será peor el remedio?




  

En unas horas se anunciará el cambio de “cromos” en la composición de la Corporación municipal en el Ayuntamiento de Getafe. En unas horas el portavoz de UPyD dejará de ostentar el cargo y pasará a formar parte del Grupo de No Adscritos, lo que anteriormente se conocía como Grupo Mixto.

En la historia de la Democracia en nuestra localidad son varias las ocasiones en las que la Corporación ha vivido la creación de este “denostado” Grupo, aunque siempre habían sido sus “integrantes” los que habían dado el paso para ocupar la bancada “independiente”.

Ahora no. Ha sido la propia formación magenta la que ha optado por prescindir de su “jefe de filas” en la localidad y dejar las riendas del partido en manos de la número dos. Y lo ha hecho expulsando al portavoz a cuenta de un impago de cuotas, justificación que, pese a que pueda ser cierta en todos sus extremos, suena a “ajuste de cuentas” (y no precisamente desde un punto de vista económico) de índole político.

La historia de los desencuentros entre José Luis Morato (cabeza de lista electoral, portavoz e imagen visible de UPyD en Getafe) y Esperanza Fernández (número dos y concejala en el Ayuntamiento) se remonta incluso a antes de su sorprendente (por la alteración que supuso en el reparto de escaños municipales) desembarco en la Plaza de la Constitución.

La confección de la propia lista tiene mucho que ver con las consecuencias que ahora afrontan ambos. Fernández fue “aupada” por la dirección de UPyD al número dos, deshaciendo la composición inicial en la que Morato “apostó” por José Luis Sánchez, estrecho colaborador suyo, que había “escalado” posiciones desde su combativa acción vecinal. Pero las altas instancias decidieron que, a tenor de las encuestas y de las opciones reales de “tocar pelo” en Getafe, era mejor colocar a Fernández de número dos y así tener controlado al “díscolo” Morato.

Todo se modificó el mismo día de las elecciones municipales. Las previsiones de uno (Morato) y de otros (la dirección de UPyD y la propia Fernández y su entorno) saltaron por los aires cuando la Ley D`hont le daba a la formación magenta un segundo concejal y, por extensión, la llave de la gobernabilidad de la ciudad. Sus planes para la actual legislatura saltaban por los aires. Ni lo habían previsto, ni estaban preparados para tamaña afrenta.

Lo que vino después también lo sabe la inmensa mayoría de ustedes. La “peculiar” forma de entender la política de José Luis Morato ha chocado frontalmente con la “espartana” condición de Esperanza Fernández, refugiada en el “aparato” para justificar la toma de decisiones, fuese cual fuese su trascendencia política.

Morato ha sido, en estos quince meses, el novio en la boda, el niño en el bautizo y ahora, el “muerto en el entierro”. Ha estado en boca de todos y por todo. Ha querido ser omnipresente y eso, como dice el chiste: no es ni bueno ni malo, es imposible. De algunos se ha dicho, con razón, que les había atropellado el tren de la fama. En este caso, me parece que ha sido suficiente un alfiler para desinflar el globo.

Tras el somero repaso (son muchas y truculentas las causas de este “affaire”) de la pelea magenta, nos encontramos ante un panorama todavía más complicado en el puzzle de la política local. Y menos mal que Getafe aún no se ha acogido al Reglamento de Grandes Ciudades, pues la destitución de Morato hubiese supuesto también la “desaparición” del Grupo magenta al contar con menos de dos ediles. ¿Se imagina un Grupo de no adscritos con el concejal expulsado y quien le acaba de echar? En dos palabras: im prezionante.

Volvamos a lo que nos ocupa. ¿Cómo queda todo ahora? Más o menos así: El PP en minoría con doce concejales se empeña en quitar competencias al Pleno y dejar la parte “gorda” de la gestión en manos del Gobierno municipal. El PSOE, que se siente solo en su labor de oposición, empieza a marcar distancias con IU y busca su hueco político y social tras unos meses en su particular “via crucis”. Izquierda Unida, que mira las encuestas nacionales en las que la línea roja sigue su camino ascendente, lento pero constante, quiere ser la alternativa social a la crisis. UPyD, que con su postura posibilitó el Gobierno popular en Getafe, tendrá oportunidades de sobra para poner en práctica su ideario y su coherencia política. Y Morato, que ya ha se ha asesorado en las acciones de partidos minoritarios de la zona sur de Madrid, tendrá las ventajas y los inconvenientes de ser “independiente”. Con voz y voto, pero sin sueldo.

Todos, los 27 concejales de la Corporación, esperan en una tensa “calma chicha” las consecuencias que a corto, medio y largo plazo tendrá este nuevo rumbo en la nave de la política getafense. Todos piensan, aunque en público lo niegan, que todo puede pasar, aunque eso de cambiarlo todo para que nada cambie ha sido un recurso empleado muchas veces en política. Y casi todas con éxito. ¿Será ahora así?

sábado, mayo 19, 2012

El que era y el que es

El que era y el que es se sientan juntos a comer.

El que era y el que es, en un restaurante local, comparten vino y mantel.

El que era, no quiere ser lo que es
.
El que es, no quiere ser lo que era.

Y con esta disyuntiva, el que era y el que es se cuentan sus inquietudes en una amena sobremesa cuando han pasado las tres.

El que era le propone al que ahora es, que no quisiera homenajes hasta el momento de ser.

El que es le contesta al que antes era que es de justos y de honrados reconocer lo que fue.

Confirmado el homenaje, y pospuesto a su interés, el que era y el que es se plantean nuevas metas sin pensar en el ayer.

La comida ha inquietado a quienes rodean a los dos, aunque a fuer de ser sinceros, mucho más a los del ex.

El que era y el que es, a sabiendas de murmullos y de saber cómo y por qué, han optado por un pacto de silencio ante quien quiera conocer.

El que era y el que es quieren acercar posturas.

No se trata de posar, sino de decirle al pueblo que han hablado de sumar.

La reunión de esta semana, la del vino y el mantel, volverá a ser repetida, eso acordaron después.

jueves, enero 26, 2012

Es fácil decidir con el dinero de los demás


El Grupo municipal de UPyD en el Ayuntamiento de Getafe ha presentado una moción a Pleno en la que solicita al resto de partidos que acepten una rebaja del 20 por ciento en la asignación que tienen cada uno de ellos para efectuar su trabajo en el Consistorio. Y lo basan, según el escrito, en una medida más de ajuste ante la delicada situación económica de las arcas municipales. Hasta aquí, todo correcto.

Es bueno que nuestros dirigentes velen por los intereses de sus vecinos, de sus votantes y también es bueno que nos ofrezcan gestos que nos hagan recuperar la confianza en la clase política. Pero sin tomarnos el pelo. O, al menos, sin intentarlo.

En este brindis al sol que significa la moción de la formación magenta van a quedar como “malos” sus compañeros en la oposición. Tanto PSOE como IU van a oponerse (valga la redundancia) a la postura de UPyD por considerar que necesitan financiación para efectuar una labor de oposición (vuelva a valer) digna. Es más, ambas formaciones piensan que no estaría nada mal ver aumentados los ingresos por este concepto (sic).

Lo que no recoge esa moción (faltaría más) es que viene de un grupo político que tiene liberados al cien por cien de sus concejales y que ha agotado los cargos de confianza que le fueron asignados al comienzo de la legislatura. Y que, además, por actividades privadas perciben también ingresos, si no todos, su candidato y portavoz quien, por cierto, tendrá siempre como una losa sobre su cabeza el asunto de la compatibilidad.

Insisto que la medida es acertada, llegando de un consenso entre las diferentes formaciones políticas. Es bueno, ya lo he dicho, que ofrezcan muestras de su afecto hacia el “pueblo”, pero es mejor aún que no utilicen el dinero de todos para hacer demagogia.

Como tampoco es lógico, aunque aquí va a ser del todo imposible que lo consigan, que los partidos trasladen a las instituciones sus conflictos, problemas, desavenencias o estrategias a nivel orgánico. El Pleno debería estar para dar soluciones a los problemas y necesidades de los vecinos y no para “allanar” el terreno con vistas a los procesos internos de los diferentes partidos. Febrero loco, me temo.