Es una verdadera lástima (sobre todo para los que disfrutamos con el fútbol), pero el partido más importante de la historia del Getafe, de nuestro “Geta” va a quedar en la memoria como el encuentro en el que Messi marcó el gol de Maradona. Y lo tuvo que hacer, precisamente, en el día en el que miles de aficionados soñaban con hacer algo grande, con abrir las puertas de la final de Copa.
Messi cogió su fusil y 20 años después calcó una jugada que es recordada en todos los videos que sobre el denominado deporte rey se editan en el mundo entero. Antes Maradona, ahora Messi. Los argentinos, dados ellos a ensalzar e idolatrar aseguran que si dios existe, sin duda, viste los colores de la albiceleste, su selección.
Pero, más allá del aluvión de repeticiones de la jugada, el partido ante el Barcelona va a marcar un antes y un después en el devenir del primer equipo deportivo de nuestra ciudad. Y es que, como se suele decir, se acabó el buen rollito.
El primero en destapar la caja de los truenos fue el propio presidente, Angel Torres, criticando las soluciones planteadas por el entrenador Bernd Schuster y, en concreto, en su decisión de no alinear ni al portero ni al delantero titulares.
Estas declaraciones, recogidas en todos los medios informativos han dado pie a que varios jugadores, viendo cómo su “presi” se metía a entrenador, también se muestren díscolos con el responsable técnico. Como dije, se acabó el buen rollito. Puede que el ciclo del alemán en el banquillo azulón no se cierre como es debido.
Por cierto, un apunte sobre Barcelona. El alcalde Pedro Castro decidió apoyar a las peñas y completar parte del vuelo que había quedado vacío. Para ello invitó a periodistas de los medios de comunicación que habitualmente cubren la localidad. La sorpresa llegó cuando al arribar al Nou Camp, el concejal de deportes, Miguel Angel romero, tuvo que pedir ayuda a un colega periodista para que repartiese las entradas entre el colectivo. ¿El motivo?: el concejal no conoce a los periodistas. ¡Menuda manera de ejercer en el cargo!
Y como la semana estuvo marcada por el esférico la siguiente anotación se refiere al malestar que entre las huestes del Partido Popular local ha creado la inclusión de Gica Craioveanu en las listas al Ayuntamiento. Pocos han comprendido su presencia en el número dos de dicha lista, relegando a personas que han gozado de la confianza de José Luis Moreno en estos años de trabajo y trastocando la lista pactada en un principio.
El golpe de efecto que ha supuesto el desembarco de Gica (por cierto, deberían darle un curso acelerado sobre Getafe y los getafenses) hubiese sido igual con él en el puesto seis, siete u ocho y no hubiesen asomado las voces díscolas sobre la decisión. Un palo han dicho algunos.
Además, con dos hombres en los dos primeros puestos, el PP le hace, si proponérselo, la jugada a Pedro Castro. Por si él no lo había pensado, ya se lo recuerdo yo. Es el único partido que coloca a una mujer en el número dos de su lista. Se le va a llenar la boca de decirlo una y otra vez. Y si no, al tiempo.
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