jueves, enero 31, 2008

¿Matar al mensajero?

Los últimos días han servido para constatar que el denominado caso PSG ha tomado en Getafe un rumbo vertiginoso, más propio de una montaña rusa de última generación que de una polémica relativa a un desarrollo urbanístico al uso.

Las cañas se han tornado lanzas, los parabienes en amenazas y éstas en conversaciones difundidas en Internet, entre David Moreno y Santos Vázquez, concejal de Urbanismo. Todo para demostrar no sé muy bien qué cosa, ni a cuenta de qué. El caso es que todo se ha enrarecido, se ha complicado y nos dan la razón a los que aventurábamos que todo era susceptible de empeorar.A las pruebas me remito.

Lo cierto es que el efecto ventilador ha dado sus frutos y todos hablan aquí y allá de lo raro que está el pueblo. El último en saltar a la arena de lo público ha sido Pedro Castro, el alcalde, quién sabe si atizado por las notas de prensa de la oposición (entiéndase PP) en las que le exige respuestas a la polémica surgida tras la competencia publica de David Moreno Pingaron, alma máter de la esencia PSG.

Castro ha dicho, no podía ser de otra manera, que la transparencia ha protagonizado el proceso de adjudicación en Los Molinos Buenavista. Y que –aquí está lo fuerte- ninguna conversación privada puede alterar la unánime decisión de los tres grupos políticos que conforman el Consorcio. Es decir, pone a su concejal de Urbanismo al pie de los caballos.

¿Supone esto que Santos ha actuado en todo este controvertido asunto por su cuenta y riesgo sin que nadie del Gobierno municipal tuviese conocimiento de sus movimientos? ¿Moreno y Vázquez eran algo más que simples interlocutores? ¿Ha sido Santos una pieza, en este controvertido ajedrez, engullida por los mandamases del tablero? ¿Son simples conversaciones, sin trascendencia, para mantener a raya al administrador de PSG? ¿Es necesario encontrar una cabeza de turco?

El alcalde lo tiene claro. De su boca no ha salido nunca públicamente nada que contraviniera los acuerdos políticos al respecto. Y no duda en dejar en la estacada a quien sea, haya actuado a título privado o en nombre de alguien, craso error, por otra parte.

De sus palabras se deduce que el concejal no ha tenido en cuenta la voluntad de los grupos políticos en el Consorcio, por lo que, le deja abierta, supuestamente, la puerta del Ayuntamiento. Ahora bien, ¿eliminado Santos Vázquez con una hipotética renuncia al cargo al hilo de sus pretensiones particulares (todo ello bajo el prisma de la buena fe y la necesidad de solventar un conflicto enquistado) hay alguien con la capacidad anímica y política para asumir las riendas del Urbanismo municipal?

The answer is blowing in the wind…

sábado, enero 26, 2008

Angel Torres vs las peñas


Los últimos partidos del Getafe en casa han servido para que un grupo de seguidores del equipo azulón (que dicen hablar en nombre de las peñas)acuñen un nuevo grito de guerra: “Angel Torres, usurero”. Es su manera de protestar por lo que consideran una mala política social de la entidad. Y dirigen sus críticas a la figura del máximo representante.

Dicen, quienes conocen bien el asunto, que la ruptura entre las peñas y el “presi” arranca de lejos, desde el momento mismo en que se alcanzó la liga de las estrellas. Pero ha explotado a la luz pública esta temporada y se antoja un germen de difícil solución, salvo que los resultados acompañen a la primera plantilla de forma indefinida.

Los intentos del club getafense de sumar ingresos en las arcas a cuenta de los partidos coperos y de la UEFA han sido el detonante de las quejas de los aficionados díscolos. Sus quejas, convertidas en pancartas reivindicativas provocaron que Torres les retirase el permiso para utilizar las dependencias del coliseum, donde disponían de un cuarto en el que almacenar el material que usan en los partidos. Y esa llama prendió al mecha de una afición descontenta con la manera en que se está gestionando la política social.

Es cierto que cada año son menos los abonados y que el campo registra entradas pobres (salvo raras excepciones) en comparación con campañas anteriores. Y ante esta situación, ¿es normal que el club no busque un acercamiento con sus seguidores?

Hay muchos socios, que siguen siendo fieles a los colores, que han sufrido los triunfos y las derrotas en Las Margaritas, el destierro en Juan de la Cierva y ahora en el nuevo campo, que no entienden cómo desde el club se practica una imagen de “divismo”, nada pareja a la historia de la entidad. Los bustos, los actos de homenaje para centralizar los éxitos en personas concretas, no sientan bien a una masa social que no recibe signos de acercamiento por ningún lado.

Puede que ahora los seguidores “de toda la vida” no sean necesarios. Que las televisiones, las ayudas municipales, los ingresos por derechos de imagen, los medios de comunicación de masas… colmen las aspiraciones de Angel Torres y su equipo de trabajo (a quienes hay que reconocerles el mérito de tener al equipo arriba), pero los aficionados son importantes, quizá lo más importante. Y hay que cuidarlos, con mimo, si es necesario.


Una subvención galáctica

El ayuntamiento de Getafe ha aprobado una subvención de TRES MILLONES DE EUROS para el Getafe Club de Fútbol en el año 2008. ¡Ahí es nada! Ayudas millonarias para una entidad privada que ya se aprovecha de disponer de instalaciones municipales para que sus trabajadores realicen las funciones para las que han sido contratadas.

El incremento respecto al año anterior es de 900.000 euros, es decir, casi un treinta por ciento más a costa de las arcas municipales, aquellas que se encargan de llenar los vecinos y vecinas de este municipio con sus impuestos. ¡Menuda manera de pasarse por ahí mismo el IPC!

Es lamentable que Getafe destine cantidades ingentes de dinero. Hay mil y una maneras de mostrar el apoyo al club en su andadura en Primera, sin necesidad de saquear las arcas municipales. Porque, con esa subvención, el Getafe SAD se garantiza cubrir una décima parte del presupuesto anual. ¿Se imaginan ustedes que cada empresa mercantil de esta ciudad exigiese que el Ayuntamiento les garantizase mediante ayudas cubrir un 10% de su volumen de negocio? Sería de locos, ¿verdad?

Es una lástima que, mientras las ayudas llegan como maná galáctico al primer club de Getafe, haya otras entidades que mueven también escuelas deportivas y contribuyen al fomento del deporte y sus valores que se conforman con las migajas y malviven en sus respectivas ligas por la falta de dinero para ser competitivos. Pero, claro está, es más fácil nadar a favor de corriente.

Lo dicho: ayudas, sí, millones, no.

lunes, enero 14, 2008

Las Benévolas

Los antiguos griegos tenía especial temor a tres deidades conocidas como “las Benévolas” (los romanos en su particular firmamento las bautizarían con el nombre de “Furias”) por su crueldad y determinación a la hora de ejecutar acciones de venganza. Desde su atalaya en el Olimpo, las Erinas –así era su nombre real- aguardaban impacientes a que los mortales cometiesen algún acto perjudicial para los dioses y actuaban de manera implacable, vengando cualquier desafío.

Tan cruel era su forma de actuar a la hora de vengar los delitos de sangre, que los griegos decidieron llamarlas benévolas (nombre que, por cierto, les gustaba una barbaridad) para lograr en alguna ocasión el perdón y la misericordia de las tres diosas. Y así, con el nombre de benévolas, han pasado a la historia de la humanidad.

Viene este apunte histórico a colación de las actuaciones que en Leganés mantienen en los últimos meses los encargados de velar por la imagen y la propaganda del alcalde, Rafael Gómez Montoya. Son tres, en sus diferentes cargos, y cada uno realiza su trabajo con determinación y sin miramientos. Todo con tal de mantener a raya posibles desagravios. No hay sector que quede al margen de su control y seguimiento y, por ende, de su acción vengativa si algo o alguien les incomoda.

Desde su llegada al poder han sido varias y frecuentes las muestras de afrenta realizadas en la localidad, pese a que esto les lleve a ganarse reprimendas desde las altas esferas de la política o el rechazo del colectivo vecinal que no anda metido en sus alforjas sociales y económicas.

Si en estos meses de legislatura Rafael Gómez Montoya y su núcleo duro han conseguido estar en el ojo del huracán y aparecer en los medios de comunicación por aspectos negativos de su gestión en cuestiones menores como su viajecito a Holanda, la compra de bicicletas, el coche para moverse de un lado a otro y los gastos de propaganda, ¿qué pasará cuando empiecen a afrontar los asuntos de mayor envergadura?

No hay que olvidar que sobre la mesa del primer edil están aparcados los temas urbanísticos, los que dan y quitan votos, los que mueven voluntades, los que afloran las presiones, las tensiones y llenan los bolsillos. Ni una sola de las propuestas estrella en materia urbanística de Montoya ha visto todavía la luz y no digamos ya de otras cuestiones que quedaron aparcadas en la anterior legislatura (Seliauto, Tapón Corona…) cuya definición habrá que mirar con lupa.

Estos temas y la revisión del PGOU (la patata caliente del urbanismo moderno) son los que van a marcar el devenir de la gestión de Rafael Gómez Montoya y los suyos. Aunque viendo cómo se manejan en asuntos de menor calado, es difícil verles saliendo airosos de las presiones de ladrilleros, gestores y profesionales del urbanismo. Tiempo al tiempo.

Y hablando de tiempo, uno que lleva ya sus años en esto de informar de la res pública, la situación que vive Leganés se antoja similar a lo sucedido hace varias legislaturas en la vecina localidad de Parla.

Uno de los problemas de Montoya (uno de tantos) es que está amparando y alimentando un ejército de “monstruos” capaces de fagocitarse entre ellos mismo con tal de tener bajo control la vida política y social de la ciudad. Decía un histórico estadista que un buen político debería tragarse un sapo cada día al levantarse. A mí me da que éstos no tienen capacidad ni para degustar un anca de rana.

Como decía, el caso Leganés se asemeja en sus inicios a lo acontecido hace años en Parla. El PSOE parleño creó un “aparato” de control con la intención de no dejar cosas al azar. Gobernaba la ciudad, pero la crisis interna que vivía el partido auguraba tiempos difíciles. Y empezaron a saltar a la prensa temas menores, pero que, por obra y gracia de la ineficacia de los políticos y sus “asesores”, se fueron convirtiendo en asuntos “de estado”.

De ahí, de las noticias pseudos graciosas, se pasó a las filtraciones, a la aparición de documentación, a las denuncias internas y externas, a las querellas contra la prensa que informaba de los usos y abusos del Ejecutivo local, al desgobierno de la ciudad, en definitiva. Fueron muchas y muy amplias las informaciones sobre presuntas irregularidades en la gestión a lo largo de la legislatura, lo que provocó el desmantelamiento completo del Gobierno municipal y la llegada de aire fresco al PSOE de Parla.

De ello sabe mucho Tomás Gómez, secretario del PSM, pues fue el encargado de poner orden en el caos, de construir un “nuevo” partido a nivel local y de lograr aunar voluntades, hasta convertirse en el alcalde más votado de España y de ahí su salto a la política regional y nacional. Pero antes tuvo que lidiar con un toro tremendamente difícil.

No nos gustaría que ahora, en su puesto de “jefe” de los socialistas madrileños, tuviese que hacer lo que en su día le permitió andar el camino político que le ocupa y emular a la entonces Federación Socialista Madrileña para hacer limpia en otro municipio del sur de Madrid. Pero, como he dicho, las similitudes nos empujan a temer y pensar que la historia, en su cíclico vaivén, podría reproducir actos del pasado.

sábado, enero 12, 2008

La sanidad pública o por qué lo llaman gestión cuando quieren decir caos

Basta con acudir cualquier día a cualquier hora a cualquier centro de salud o urgencias sanitarias de Getafe para darse cuenta del auténtico desbarajuste en el que se está convirtiendo el sistema público de salud. Y no digamos ya el Hospital, sacudido por unos índices de saturación alarmantes y abocado a la fuga de profesionales a otros centros con mejor remuneración y condiciones de trabajo.

Para ilustrar este post baste añadir algunosjemplos vividos en primera, segunda y tercera persona en las últimas semanas:

Los centros de salud han decidido no atender urgencias en horario de consulta. Aparecen carteles por doquier en los que avisan que las urgencias quedarán supeditadas a la valoración del médico de turno, por lo que sucede, a veces, que se niegan a atender la solicitud y desvían al paciente al Hospital o a los centros de especialidades, con el consiguiente retraso en la atención y en el diagnóstico.

En algunos centros sanitarios han recomendado en el periodo navideño a los pacientes posponer su petición de cita hasta después de Reyes, habida cuenta de las ausencias por enfermedad y por vacaciones de algunos facultativos. Inaudito, pero cierto.

Acudir al Hospital para recibir consulta de urgencias, del tipo que sea, supone una espera de más de tres horas, eso siempre y cuando no haya que realizar pruebas complementarias, situación en la que la espera se puede duplicar o triplicar en algunos casos. Y luego para que, salvo situaciones de extrema gravedad (que ojalá fueran siempre las menos posibles) te recomienden acudir a tu médico de familia o volver si los síntomas empeoran. Vamos, que te despachan como si nada.

En Perales del Río, las quejas constantes de los vecinos de este barrio por la usencia de matrona y pediatras no han servido para arreglar el problema. La solución: acudir a centrso sanitarios de Villaverde (más cercano en distancia a la barriada getafeña) para esperar a ser atendidos allí.

Y en otras zonas las falta de personal médico, principalmente pediatras y enfermeras/os, satura centros de salud y provoca constantes retrasos para revisiones rutinarias y consultas cotidianas con los más pequeños, que son los que requieren una mayor atención y ciudados.

Son sólo unos ejemplos a bote pronto para ilustrar el auténtico caos en el que se ha convertido la visita al médico. Aquellos que deban hacer uso de él deben armarse valor y paciencia, pues apuntan que en los próximos días se esperan los picos más altos de atención sanitaria por las típicas enfermedades invernales. Y este servicio lo pagamos todos.