martes, febrero 07, 2006

La política urbanística municipal funciona con dos varas de medir

El Ayuntamiento de Getafe ha aprobado, con la abstención del PP, lo que han venido a llamar “monetarización” del aprovechamiento urbanístico en Planeamiento Urbanístico del ámbito de actuación remitido AA.01 El Rosón del PGOU de Getafe, que es gestionado mediante el sistema de compensación.

En concreto, el diez por ciento del suelo, que vende a los propietarios de la Junta, algunos de ellos ex concejales socialistas de Getafe, al precio de 1.140 euros cada metro cuadrado. Hay quien dice que el Ayuntamiento ha dejado de ingresar dinero y que, por ende, los ex socialistas se lo han ahorrado, pues el precio de ese suelo ronda ya los 2.000 euros el metro. Ahí se van a construir 2.400 viviendas en la zona noroeste de la ciudad, junto a los desarrollos de Kelvinator y El Bercial.

Pero al precio del suelo hay que sumarle muchas más cosas:

El sistema elegido para el cambio de uso de suelo y su posterior transformación en áreas de viviendas choca abiertamente con la idea que desde el Ayuntamiento se está trasladando respecto a sus actuaciones en otros desarrollos planificados. Independientemente de las especiales características del ámbito en el que se actúe y de la facilidades o dificultades que se puedan encontrar a la hora de poner en el mercado las viviendas, es del todo claro que desde el Consistorio se aplican dos varas de medir en su política urbanística. Y ahí tiene mucho que ver la titularidad del suelo que se pretende transformar.

Se ha hartado de decir nuestro Gobierno municipal (a través de una campaña de publicidad institucional en medios de comunicación locales en octubre y noviembre de 2004) que está tremendamente preocupado por dar “satisfacción a los ciudadanos en su demanda de vivienda protegida” y en esa línea “entiende que sólo el concurso público garantiza la igualdad de oportunidades de todos los demandantes de vivienda protegida, en las mejores condiciones de precio y calidad”.

Y es aquí donde nos preguntamos: ¿es que los demandantes de vivienda protegida que busquen las mejores condiciones de precio y calidad no pueden residir en El Rosón? Un desarrollo urbanístico en el que se van a constituir hasta ocho Juntas de Compensación diferentes que permitan poner en el mercado alrededor de 2.400 viviendas.

Pero hay más. En la idea del nuevo parque residencial hay truco añadido. Hablan los nuevos propietarios del suelo que su idea pretende sacar del anquilosamiento a un área industrial totalmente degradada y transformarla en un conjunto residencial de primera línea. De ahí que, según manifiestan, las industrias de El Rosón saldrán a otras zonas de la ciudad. Pero no.

Casi todas las empresas con fachada a la carretera de Toledo van a seguir donde están: Automóviles Uceda, Azulejos Peña, Ford Mundomotor, Hyundai, Alteconsa, Rocinsa... van a seguir formando parte del entramado industrial de esa zona de la ciudad, aunque se les obligará a hacer importantes modificaciones en sus instalaciones. Y si ahora nos dicen que El Rosón es un núcleo atípico rodeado de áreas residenciales, ¿qué pasará cuando estas industrias tengan adosadas 2.400 nuevas viviendas?

A ti sí, a ti no

Pero volvamos a la cuestión principal. Después de la puesta en ejecución del polígono El Bercial Universidad, que se desarrolló por Compensación, el Gobierno municipal, en voz de su concejal de Urbanismo, Francisco Hita, aseveró que “ningún desarrollo más” se haría por ese sistema. Y el Gobierno municipal esgrime como bandera la aprobación del Consorcio público para la construcción de 10.000 viviendas en los ámbitos conocidos como Los Molinos-Buenavista (el primero, junto a la estación de El Casar en la zona norte y el segundo en los límites del Sector 3 con la vecina ciudad de Leganés). ¿Y El Rosón? Ahí no toca. Sus ocho Juntas de Compensación van a ser todo un claro ejemplo de la disyuntiva urbanística.

Y qué decir de Perales del Río. El convenio del campo de golf, donde se permutan terrenos rústicos (que bien podrían ser expropiados al precio que marca la Ley) por la cesión de uso de suelo residencial para la construcción de 400 viviendas libres marca un hito en el planeamiento urbanístico local. Lo que algunos han denominado “pelotazo” (en clara concordancia con el deporte de los palos) nos puede dar una idea de cuáles son las previsiones para esa barrio.

De momento, Izquierda Unida, socio de Gobierno de los socialistas ha pedido en repetidas ocasiones que “el desarrollo urbanístico de Perales del Río, donde se levantarán 12.000 viviendas se ejecute mediante el sistema de expropiación, como único aval para garantizar el acceso de los getafenses a una vivienda de protección pública. Santos Vázquez, concejal de Urbanismo, ha querido matizar en algunas de sus intervenciones relativas a Perales que para la construcción de equipamientos e infraestructuras la Compensación es un sistema más adecuado ¿?, abriendo la puerta a ese modelo de gestión.

La patata caliente de la política urbanística local sigue en el tejado de quienes la desarrollan, y que como dicen son “los únicos legitimados para ello”. Las explicaciones de porqué hacen lo que hacen deberán dárselas a los vecinos. Y esperamos que así sea siempre.