Con el marco del acto de investidura como telón de fondo, PSOE e IU de Getafe volvieron a escenificar el acto de amor y odio, tal y como se vienen proclamando durante los últimos años. A estas alturas del juego político ambas formaciones siguen sin firmar un pacto de Gobierno que, pese a estar cantado a todas luces, se posiciona como un nuevo culebrón de la vida política municipal. Y van ya unos cuantos.
Para dar cuerpo a su “te quiero amorcito, pero para un ratito”, los concejales electos de Izquierda Unida dejaron clara su postura en la investidura de Pedro Castro como alcalde del municipio. Le otorgaron uno de los tres votos de la formación, suficiente para que Castro tomase el bastón de mando con mayoría absoluta (de lo contrario hubiese tenido que afrontar el reto en minoría), pero castigaron con dos abstenciones la falta de acuerdo de Gobierno.
Es más, Ignacio Sánchez Coy, en su discurso después de jurar el cargo, denunció la existencia de “presiones externas” para impedir el acuerdo. “Izquierda Unida molesta a determinados intereses particulares”, dijo. ¿Qué intereses? Urbanísticos, se entiende.
Con su discurso, el líder de IU dejó entrever que el PSOE está cediendo a esos intereses ajenos que evitan el pacto de Gobierno. Y si es así, ¿por qué siguen apostando por un pacto? Ejemplos cercanos han demostrado que en política no vale todo. Leganés ha sido la muestra más clara del desencuentro a la hora de “distribuir” el poder. Claro que, los resultados electorales en Getafe no permitían una situación parecida ni de lejos. Castro ganó las elecciones y podrá gobernar. Además tan sólo le hace falta sumar un voto para aprobar con mayoría absoluta los grandes acuerdos. Y ese, con lo que hay en juego, no va a ser el problema.
El PSOE necesita a IU lo mismo que IU necesita al PSOE. Pero de ahí a firmar el pacto hay unos cuantos miles de viviendas de por medio. El papel de la EMSV y la propuesta de crear una concejalía de Vivienda son el caballo de batalla de esta semi-disputa. El aprovechamiento de Los Molinos-Buenavista (1.500 viviendas), la recuperación de los cuarteles (otras mil viviendas más) y el futuro desarrollo de Perales del Río (aquí hay previstos varios miles) son los flecos que quedan por cerrar en las negociaciones. Y no parecen sencillos de solucionar.
Con el apoyo explícito a Pedro Castro, IU le exculpa del, por ahora, fracaso de las conversaciones, y apunta a los interlocutores que el PSOE ha puesto en la mesa. Por cierto, el portavoz socialista Santos Vázquez ha afirmado que su partido trabajará para cumplir lo recogido en su programa electoral, sin desvíos. ¿Es él el nuevo hombre duro del PSOE local o el que podría estar cediendo a las presiones externas?
Sigue la ronda de reuniones a la espera de que nos den a conocer la composición del nuevo Gobierno. De seguir a sí veo a dos de mis concejales favoritos, José Manuel Vázquez y Miguel Angel Romero al frente de la EMSV y de LYMA. Uno para edificar su iglesia y el otro para gestionar la profesión más alegre del mundo: siempre ba rriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario