domingo, febrero 03, 2008

Para la libertad

Para la libertad, sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado que retoño
porque aún tengo la vida.


Sirva este sublime ejercicio de amarga y dura reflexión del inigualable Miguel Hernández como homenaje para aquellos periodistas, amigos, que ven amenazada su libertad de expresión e información por politicajos de medio pelo que, amparados por los sillones sobre los que asientan sus apoltronados traseros, se muestran más preocupados en tapar bocas ajenas que en mirar unos centímetros más allá de sus narices.

No habría encontrado otra mejor manera de darles mi apoyo que con todo aquello que refleja este canto de esperanza. Sinceramente.
Gracias Miguel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno. Yo la primera vez que escuché cantar esto a Serrat, se me pusieron los pelos de punta.

Muy, pero que muy bueno.

Estoy contigo: Que no se cierren las bocas de todos aquellos que denuncian lo que no les gusta.