lunes, octubre 15, 2007

Seguridad y política

La antesala del puente del Pilar (día de la Fiesta Nacional y desde este año día de la Guerra de las banderas) nos levantamos conociendo el cese del hasta ahora comisario de policía de Getafe. La versión oficial habla de un “traslado” de Alfonso María Sánchez, que ha estado cinco años en el cargo.

Sin embargo, habida cuenta de las reacciones y la propia coyuntura de la destitución, se hace inevitable la relación entre la política y la seguridad en este controvertido asunto. El Sindicato Profesional de la Policía ha mostrado su indignación por lo que considera un “relevo político” y apunta directamente a la Delegada del Gobierno en Madrid, Soledad Mestre como responsable del hecho.

Lo cierto es que el ya ex comisario (suena a serie de tv) nunca ha tenido “feeling” con los responsables políticos municipales ni nacionales. Es más, en los mentideros getafenses se ha comentado y mucho el hecho de que en estos cinco años el alcalde Pedro Castro, y Alfonso Sánchez nunca han estado reunidos a solas, siempre con compañeros de “baile”.

El propio Castro tiene su “sanedrín” de Seguridad. Un reducido grupo que reúne una vez cada dos meses para analizar y aconsejar al primer edil en temas de seguridad ciudadana. Y qué curioso que en esos encuentros (comidas en un conocido restaurante de la ciudad) nunca hayan estado el responsable policial; ni tampoco el responsable político de la Seguridad en Getafe. Eso sí, Castro se hace acompañar de un ex comisario y de un ex concejal del ramo, como si aludiera a ese dicho que refleja que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Esa ausencia de sintonía también se ha reflejado con la Delegación del Gobierno desde la llegada de sus nuevos responsables. Ni Soledad Mestre ni su representante en la Junta Local de Seguridad de Getafe han “conectado” con el ex comisario, a quien sus compañeros alaban su independencia y su profesionalidad.

La autocrítica que los propios policías hacen se centra en su falta de tacto para impedir las injerencias políticas en su trabajo a favor de la seguridad ciudadana. Y ahí hay que darles la razón, pues los profesionales deben ceñirse a lo que controlan, aunque ya se sabe que el político es muy dado a querer tenerlo todo “bajo control”.

Cuentan, entre otras anécdotas, que cada vez que los representantes de la Delegación del Gobierno “bajan” a una Junta Local de Seguridad, lo hacen “aturdidos” por el caos de tráfico en que se ha convertido Madrid y, en especial, su zona sur. Un “aturdimiento” que el propio Sánchez les ha llegado a recordar en más de una ocasión a cuenta del escaso interés demostrado por los datos sobre seguridad en el municipio.

El cese de Alfonso Sánchez puede llevar aparejado un traslado a otro importante municipio de la zona sur madrileña, gobernado por el PP y con un bicentenario a la vuelta de la esquina. Blanco y en botella…

Pero la noticia, sin duda, hay que buscarla en la posible injerencia política en asunto tan delicado como la seguridad y las críticas que los mismos profesionales, han hecho sobre esta decisión. Getafe, una de las ciudades más seguras de la Comunidad de Madrid, se queda sin comisario (bueno, ahora hay uno en funciones) y con las ganas de saber cómo evoluciona la seguridad, cuestión que atañe a todos.

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