A pocas semanas de las elecciones municipales, Getafe, nuestro Ayuntamiento, ha decidido dividir los ágapes con los que tradicionalmente y en vísperas de comicios electorales, se anima a participar a la plebe.
Por un lado los empresarios, la gente “guapa”, periodistas y el sector más “in” de la “societé” getafense. A éstos les-nos llevan a lugares “chic”, a cenas de gala, a eventos exclusivos, con catering de diseño, a base de tartaletas de “foie” y combinados de un exotismo alarmante.
Por otro, las casas regionales, que han decidido sumarse al lema de “barriga llena no tiene pena” para ocupar por sistema (ahora tú, luego él y más tarde yo) el recinto ferial y agasajar al vecino con fiestorros “made in Castro”, a base de carpas populares, baile y verbena, chiringuito y olé. La charanga y pandereta. Cómo se nota que las elecciones llegan justo al inicio de las fiestas locales y no van a poder aprovecharse para este fin.
Pero, a lo que vamos. Tan acostumbrados están a hacer de su capa un sayo, a campar a sus anchas, a decidir sin mirar más allá de sus narices, que nuestros gobernantes cometen errores de bulto en el devenir de su actividad política.
La última cuita viene a cuento de la cena que, con cargo a las cuentas de la empresa municipal GISA (y con la ayuda del banco de Sabadell), tiene previsto ofrecer el área económica del Ayuntamiento a los empresarios de la ciudad.
El evento pertenece a la clase primera, o sea, preferente y para ello, desde la factoría de ideas en que se ha convertido la agencia local de desarrollo (la que sigue empeñada en insertar todos los anuncios publicitarios posibles a la empresa del ex concejal Jesús Neira para seguir “apoyando” su proyecto empresarial) se ideó la celebración, por todo lo alto, de los premios Getafe Empresarial: Una cena de gala, con catering de altos vuelos y copa incluida a los asistentes.
Con todo preparado y el escenario escogido (el polideportivo de la Alhóndiga), a nadie del entorno cercano a Castro 2 se le ocurrió que la Ley de la Comunidad de Madrid ponía en evidencia la utilización de un recinto deportivo para la celebración de una macrofiesta, tipo nochevieja. ¿Se imaginan al hijísimo haciendo cola en la oficina de autorización de fiestas? Yo tampoco.
Ante la falta de licencia han tenido que llegar las prisas y buscar acomodo para el evento. Y lo han encontrado en el Motel Los Angeles, donde derivan desde hace días a todos los invitados. Eso y compartir o, mejor dicho, multiplicar los gastos de dos empresas de catering. Ahí es nada.
Apuesto el importe de mi próximo recibo de la Ecotasa a que no va a ser la última sorpresa que los Castro 1 y 2 nos deparen de aquí a los últimos días del mes de mayo. Por muchas asesoras de imagen que se hayan echado a las espaldas.
5 comentarios:
En serio que va gente guapa??? Pero hay gente guapa en Getafe o se lo hacen?
Pues yo me apunto que soy guapo como un solete, donde dices que es la merendola????
Saben que las cosas pintan muy mal en estas próximas elecciones y hay que buscar votos hasta debajo de las piedras.
¿Alguien sabe cuánto nos ha costado el último sarao de los extremeños en el ferial? y ¿cuánto costó el concierto que organizaron para cuatro gatos muertos de frío?
No, no lo sabemos, pero estaría bien que DE UNA VEZ nos lo dijeran. Porque parece ser qeu lo sabe todo el mundo, MENOS YO!!!!
Hay que movilizar a todo el pueblo. Abrirles los ojos para que se den cuenta del tipo de gente que nos está gobernando.
No digo yo que no hicieran nada hace 20 años, pero ahora lo único que hacen es chupar del bote.
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