EL OBSERVADOR publica en el mes de octubre un Editorial que no tiene desperdicio:
No es la primera vez que el concejal José Manuel Vázquez (PSOE) es protagonista de estas líneas. Ni será la última. Seguro. Se está empecinando en ser noticia día sí y día también desde hace varios meses y, apostamos, hasta el fin de la actual legislatura.
Su última cuita ha sido el enconamiento con los sindicatos de base en el Ayuntamiento, del que Vázquez es concejal delegado de Personal y Cultura. El proceso de consolidación de los puestos de trabajo ha sido el detonante de su comparecencia obligada en los medios de comunicación locales y regionales.
El citado proceso ha resultado ser un camino de espinas para el ínclito edil. Su capacidad negociadora ha quedado en entredicho y su vena autoritaria le ha servido para recibir una sentencia judicial demoledora. Su señoría le acusa de “comportamiento antisindical”. ¡Qué lástima! Que a un socialista le llamen antisindicalista. La cuna de la lucha obrera empozoñada por un concejalete de Personal.
Resulta que a la hora de abrir la mesa de negociación, José Manuel Vázquez se las ha tenido tiesas con CCOO, uno de los sindicatos con mayor representación entre los trabajadores municipales. Como no llegaban a acuerdos concretos, el responsable político tiró por la calle de en medio, rompió la baraja y firmó el acuerdo de consolidación a solas con UGT, el sindicato afín.
Sus amigos no le protestaban o, al menos, no eran un obstáculo para salir en la foto como el “conseguidor” de acuerdos. Y para alcanzar el fin no tuvo reparos en poner a su alcance los medios necesarios, aun a riesgo de que las cosas saliesen mal, como así ha ocurrido.
Una denuncia de CCOO ha llevado todo el asunto de la negociación laboral a los juzgados y estos han dado la razón al sindicato. José Manuel Vázquez es un concejal antisindical. Así lo recoge la sentencia que le obliga a contar también con CCOO a la hora de firmar acuerdos con los trabajadores del Consistorio. Es decir, volvemos al punto de partida.
Eso sí, este asunto amenaza con pasar factura a la figura del edil, ya de por sí castigada por su gestión en las áreas que le fueron confiadas a lo largo de la legislatura. Ni en Personal ni en Cultura han salido las cosas según el libro de estilo del PSOE local. Los empleados municipales de uñas, una Cultura inexistente y unos festejos populares a la altura del betún han marcado su labor.
Un currículo poco favorecedor para aportar a las quinielas de la candidatura socialista a las municipales. Ahora que Castro (Pedro, por supuesto) ha sido (auto) designado candidato a la alcaldía y teniendo en cuenta la decisión de abogar por las listas cremallera (hombre, mujer, hombre, mujer, hombre mujer…) parece que Vázquez (José Manuel) no está en condiciones de pedir . Hay ocasiones en las que es mejor ser cabeza de ratón que cola de león.
Y su nombre empieza a oirse entre aquellos a los que se les va a decir que se busquen equipo, que no tienen la confianza del míster y no van a renovar. Cultura, Deportes, Medio Ambiente… por ahí pueden ir los tiros de la renovación en las listas, siempre y cuando alguno de los primeros espadas no opte por tirar la toalla en el asunto de la sucesión y se sume a la lista de bajas. Pero este será tema a abordar en otra ocasión.
Lo cierto es que José Manuel Vázquez se ha visto envuelto en una nueva polémica que podría haber evitado de haber sacado su mano izquierda a pasear. El mismo que adjudica a dedo, que aboga por la externalización de servicios y recibe sentencias ejemplares.
Claro que, por sus obras los conoceréis.
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