La inauguración de los nuevos vestuarios
que dan servicio a los campos de fútbol del polideportivo de El Bercial tenía
guardada una sorpresa desagradable para los cientos de usuarios de dicha
instalación.
Casi dos meses después de su puesta en
funcionamiento, el complejo, al que los propios técnicos municipales
calificaron como el más completo de la ciudad en instalaciones de idénticas
características, carece de suministro de agua caliente. Y ahora, que las
temperaturas empiezan a acoplarse con el calendario otoñal, la simple idea de
ducharse tras la práctica física diaria pone los pelos de punta.
La responsabilidad de tan surrealista
situación hay que achacársela, dicen, a la empresa suministradora de luz, según
el propio alcalde, que se niega a aportar el boletín necesario para que las
calderas funcionen con normalidad. Todo, en base a la antigua deuda que el
Ayuntamiento mantiene con la empresa Iberdrola y que, al parecer, nada ni
nadie puede cuantificar con precisión necesaria para solventar el conflicto.
Ahora bien, ¿tan sólo niegan la luz a las
calderas? ¿Cómo es posible que el resto de la instalación si mantenga
suministro eléctrico? De querer presionar para garantizarse el cobro, ¿no sería
más lógico que la compañía eléctrica mantuviese en penumbra todo el edificio
para impedir el uso total del complejo? Sonar, lo que se dice sonar…
Partimos de la base que ningún chaval que
haga ejercicio en una instalación municipal debería carecer de los más básicos
suministros para completar su actividad deportiva. Es decir, un vestuario donde
cambiarse, un lugar en el que dejar la ropa y unos aseos para la correcta
higiene. A partir de ahí cada cual que haga con su axila lo que le venga en
gana.
Si ya sabían en el momento de su
presentación en sociedad que el edificio no disponía de todos los recursos
necesarios para un correcto funcionamiento, ¿por qué se abrió? Y tras este
plazo de tiempo, ¿por qué no se ha actuado con la celeridad necesaria para
subsanar el error? ¿Tan difícil resulta sentarse con Iberdrola para pactar el
suministro y acordar plazos en los pagos pendientes, aunque sean del Cretácico?
¡Venga, va!, que los chicos lo van a
gradecer.
1 comentario:
El pacto de Soler con Morato incluye duchas frías en cualquier instalación municipal por la que pasara el no adscrito, ya fuera a trote cochinero o en bicicleta. Dicen que las duchas frías ayudan a adelgazar. Soler también se las aplica para sus cosas.
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