viernes, marzo 12, 2010

El pisotón


Getafe, su Ayuntamiento, vive unos días convulsos con motivo del intento de dar luz verde al desarrollo urbanístico de Perales del Río, una extensión de cuatro millones de metros cuadrados, donde se proyecta la construcción de 26.000 nuevas viviendas y en las que los intereses económicos y políticos se entrelazan hasta tejer una tupida malla que amenaza la estabilidad y el equilibrio en la autodenominada “Capital del Sur”.

Tal es la situación, que en el Pleno celebrado para dar “cuenta” de la voluntad municipal de crear esta nueva ciudad paralela no estuvieron presentes dos de las tres fuerzas políticas con representación municipal. Ni IU ni PP acudieron a una sesión aprovechada por el PSOE para saltarse a su antojo el reglamento de participación ciudadana y convertir el Pleno en una tertulia mitinera, con sesión de chat interactivo incluida, para justificar su solitaria y estoica presencia en el salón plenario. Es la primera vez que se ofrece a los ciudadanos ¿? la opción de intervenir, previo filtro institucional, en un Pleno en directo, cuando para poder hacerlo hasta ahora había que pasar por una serie de requisitos que hacían casi imposible cualquier oportunidad. Y, claro, ante esta peculiar situación, las críticas por el momento, los mensajes permitidos y la utilización de los recursos municipales no se han hecho esperar.

Pero, a lo que iba. El PSOE se ha quedado solo en su decisión de dar cuenta de la recalificación del suelo para Perales del Río, algo que se hará en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana y que andan esperando como agua de mayo ex políticos y propietarios a quienes les van en ello un montón de millones de euros; algunos en suelo puro y duro y otros a través de su capacidad y sus gestiones para lograr que un terreno rústico próximo a una zona protegida se convierta en complejo residencial.

No les ha sentado bien a los socios de los socialistas en el Gobierno la forma de gestionar el asunto por parte de Pedro Castro y los suyos. Y si me apuran, casi ni el fondo. Es cierto que ambos están de acuerdo en la gestión pública del suelo y la obtención del mismo a través de la expropiación, pero los matices (importantes y decisivos, como la letra pequeña de los seguros) y los precedentes en la ciudad (los ex y algunos de los que ahora están implicados en el asunto Perales ya han desarrollado por compensación otra zona residencial en pleno casco urbano, lo que les ha llevado a recibir una demoledora sentencia por la monetarización del 10% de aprovechamiento municipal) han provocado el enfrentamiento.

El alcalde optó, de forma unilateral, por recibir en su despacho a una representación de los propietarios de la zona conocida como “El Verdegueral”, después de que éstos se lo solicitasen hasta en dos ocasiones por carta a través del registro municipal. En los escritos dejaban clara su intención de abordar con el primer edil los modos de sacar adelante “su” terreno. Las críticas le llovieron a Castro por hablar de algo que todavía no ha sido aprobado y de planificar los usos de un suelo que, de momento, sigue siendo tan rústico como el de Crónicas de un Pueblo. Y precisamente eso es lo que quieren los propietarios y sus representantes e intermediarios: darle valor a un suelo que, con la que está cayendo, les genera incertidumbres, sin importarles el sistema de gestión por el que opte la Administración. A fin de cuentas se trata de rentabilizar el negocio en el que algunos no han puesto nada, nada de nada.

La bronca política ha sido de órdago. Han hablado hasta las puertas de la segunda planta de la Casa Consistorial, Y claro, con un follón de tal magnitud, no es de extrañar que se deteriorasen todavía más las ya de por sí maltrechas relaciones entre los socios de Gobierno. La renuncia de Izquierda Unida a participar en el Pleno (más o menos discutible) ha sido aprovechada por el PP que, en este asunto, navega con viento a favor y que ha sabido sacarle rédito político a la pelea de sus “compañeros” de institución.

Es por ello, quizá, que el alcalde quisiese restar tensión a la rueda de prensa previa al Pleno, en la que compareció sólo el Grupo socialista y a la que el primer edil llamó a filas todos sus concejales( ya se sabe, cuanto más bulto, menos claridad) para que viesen en qué términos desenvolverse ante la prensa.

Lo cierto es que Castro condujo más o menos con tino el envite periodístico, hasta el punto de asestar un pisotón (los bajos de la mesa plenaria le delataron) a su concejal de Urbanismo José Manuel Vázquez, cuando éste intentaba soltar una “puyita” a la oposición a cuenta de la gestión de los usos del suelo. No le dejó continuar el alcalde, que estuvo hábil en ese momento y retornó el agua al cauce de la concordia. Claro que, no hubiese estado de más si alguien le hubiese hecho lo mismo (y si no pisarle, sí sugerirle su error) antes de entrar al Pleno y abrir un improvisado foro de discusión-justificación cuasi pachanguero.

Y permítanme una licencia para terminar este post y quitarle tensión a tan desbocado asunto. A Pedro Castro, en este tema, le sucede lo mismo que al hombre de este chiste:
Un señor acude al médico:
-Doctor, que mi mujer, mis hijos, mis amigos, mis compañeros, mis vecinos, todo el mundo me dice que yo no sé pronunciar FEDERICO.
El médico: - A ver, repita usted
-Federico
-¿Puede repetirlo, sílaba a sílaba?
-FE DE RI CO
-A usted lo le pasa nada, lo dice estupendamente
Vuelve el hombre a casa cierra la puerta y grita:
-MARIAAAAAAAA, que dice le médico que estoy perfectamente. Anda, abre el FEDERICO y me traes una cerveza que tengo sed.

Lo entienden, ¿verdad?