Pacto entre caballeros

“Y yo que siempre cumplo un pacto cuando es entre caballeros, les tenía que escribir esta canción”

De esta sencilla manera retrataba Joaquín Sabina una de sus noctámbulas anécdotas en el Madrid de los 90 (ahora, se supone, más comedido y apremiado por los achaques de la edad y de la salud, dispone de menos “carrete” para revelar en su argumentarlo musical) a cuenta de un encuentro que empezó como un atraco y finalizó con un guiño a su figura y una palmada en la espalda.

Y a mí me sirve para acompañar (y, qué narices, para hacerlo más extenso) este post en el que convergen dos figuras que fueron amigos, que se han convertido en enemigos y que todo apunta a que se añaden a la larga lista de socialistas que en estos momentos apuestan por el famoso “pacto de no agresión”.

Han coincidido y compartido mesa y mantel en un céntrico y afamado (por el continuo uso que hacen de sus instalaciones políticos, empresarios y gente que quiere ver y que les vean) restaurante del municipio el alcalde Pedro Castro y el ex concejal de Urbanismo y ahora cargo responsable en la Agencia Estatal Antidopaje Santos Vázquez Rabaz.

La fotografía seguro que a muchos les resultará, cuando menos, extraña, pero la política hace casi siempre curiosos compañeros de viaje. Me consta, de buena fuente, que hablaron hace varios días, que pactaron el encuentro y que decidieron que fuese a la vista del personal, para evitar por ambas partes sorpresas inoportunas.

Y han hablado sí, puede (casi seguro) que no hayan cerrado heridas, pero, para un primer encuentro tras la abrupta ruptura, hay que tomar la noticia con cierta cautela. A nadie se le escapa que la conversación ha girado más en torno a las primarias y sus consecuencias a nivel local que a cosas pendientes, pasadas y futuras. Eso, seguro, quedará para después del tres de octubre.

Castro y Vázquez (uno con su poder fáctico y el otro con su capacidad de influencia entre buena parte de la militancia socialista) han optado por firmar ese “pacto entre caballeros”, fijar las miras en su apuesta por lograr candidata a la Comunidad de Madrid, abrir de nuevos sus teléfonos móviles y evitar que los demás hablen en su nombre.

Lo que sí se puede afirmar, en un encuentro de tales características, es lo que han comido uno y otro. Pero me van a permitir que lo omita. Para no herir susceptibilidades.