Los alcaldes se postulan

Los primeros han sido los de Fuenlabrada y Parla, Manuel Robles y José María Fraile, respectivamente. Y ahora vendrán los demás. Me refiero a que ya han dado un paso al frente para ofrecerse como cabezas de lista de cara a las elecciones municipales del próximo año; y en sus agrupaciones han aceptado el ofrecimiento.

Ninguno quiere verse en la piel del regidor socialista de Leganés, que lleva toda la legislatura de pelea en pelea interna y que ha visto cómo casi la mitad de los afiliados al PSOE leganense le solicitaban primarias. Ha tenido que ser Ferraz el órgano que decidiese que en los municipios en los que gobiernan no deberían presentarse alternativas, por aquello de la “cohesión social”. Y todo apunta, si no hay nuevo paso atrás, que Gómez Montoya será el candidato.

Los socialistas de Getafe, en la línea de lo que he contado, celebran esta misma tarde una Asamblea general en la que aprobarán la designación de Pedro Castro como candidato a la alcaldía del municipio. Ya lo aceptó el Comité ejecutivo la pasada semana, cuando sus miembros consideraron esa opción. Castro no quiere postularse, sino que le designen. Así es como se plantea, en política, la medida de las fuerzas de cada uno.

Todo ello días antes de que se presente oficial y formalmente la plataforma de apoyo a Tomás Gómez, que será el próximo lunes, 13 de septiembre, en la sede de la Agrupación en la calle Cuenca, el mismo recinto en el que se presentó la plataforma de apoyo a Trinidad Jiménez y donde la ministra y candidata a candidata mostró su proyecto ante propios y “ajenos”.



Los seguidores de Tomás, que llevan varios días amagando, pero si dar, han decidido saltar a la opinión pública y hacer efectiva su plataforma y los motivos que les llevan a apoyar al ex alcalde de Parla.

El 3 de octubre se aproxima y tan lejano como parecía hace escasas fechas, se coloca en el horizonte como una fecha clave en el devenir político regional y local. Claro que, como dice un amigo, uno piensa que las cosas no van a pasar nunca, pero, ¡cuánta razón lleva!, al final todo llega.