El pasado 15 de septiembre anotaba en un post la decisión del PSM de apostar por Pedro Castro para presidir la Federación Española de Municipios y Provincias. Por aquel entonces, las pretensiones de Tomás Gómez, secretario general de los socialistas madrileños, pasaban por darle un papel protagonista al PSOE regional, marginado en los últimos años a costa de andaluces, catalanes, gallegos y castellano leoneses. Y se fijó en Pedro Castro para presionar a Ferraz y poner a Madrid en situación predominante dentro del PSOE.
Ya decíamos que una candidatura de Castro al frente del bando socialista prácticamente le auguraba la presidencia de la FEMP y un salto cualitativo en su carrera política. Acertamos entonces.
Lo que no dijimos era que este cargo, para cuatro años, supone, en la práctica, que Pedro Castro va a seguir siendo enseña del partido en la ciudad y que le permitirá, sin oposición interna alguna, convertirse en el alcalde de las ciudades grandes con más años en el cargo. ¡A ver quién se atreve a abrirle la puerta!
Ni relevo generacional ni gaitas. Castro seguirá mandando en Getafe, y mucho, aunque le esperan cuatro añitos de viajes, congresos, actos y más viajes. Aquí, su segunda de a bordo, Sara Hernández, se va a hinchar a firmar decretos como alcaldesa en funciones. Pero, no se engañen, todo bajo el control y supervisión de Pedro Castro, a quien no le gusta que nada se le escape.
Su relevo, si quiere, llegará tras otra legislatura de "sueños", como él mismo dice reiteradamente y de pasar a todo el mundo bajo el "manto" de su política. A fin de cuentas se lo ha ganado, pese a las piedras que le han ido poniendo en el camino.
Acertamos en septiembre, ¿o no?
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