La denuncia de diferentes grupos ecologistas sobre una presunta operación especulativa con los terrenos del campo de golf en Getafe vuelve a poner en el tapete las actuaciones profesionales de ex concejales socialistas, dedicados al negocio del ladrillo una vez finiquitada su labor política. Resulta cuando menos curioso que allá donde hay un problema urbanístico (leáse denuncias por especulación, posibles tratos de favor, actuaciones sospechosas) siempre figuran relacionados los nombres de empresas vinculadas a los ex ediles y su grupo de amigos.
En esta ocasión sus pretensiones han conseguido hacer saltar las alarmas entre los grupos ecologistas de la Comunidad de Madrid, que denuncian la aprobación de un campo de golf en terrenos del parque regional del sureste. Según estos colectivos se trata de “una operación especulativa” que respaldan tanto el Ayuntamiento como el Ejecutivo de Aguirre.
La operación es bien sencilla: un grupo de empresarios adquiere suelo rústico en Perales del Río, proponen a la Administración (en la que deciden ex compañeros de partido, algunos de ellos íntimos amigos) un trueque de esos terrenos para la construcción de espacios deportivos por suelo residencial que les permita edificar viviendas de renta libre y los políticos aceptan el trato. Resultado: campo de golf y beneficios millonarios.
En su denuncia, los ecologistas critican que las dependencias del campo de golf se construyan dentro del propio parque regional, un espacio natural protegido. De este modo las viviendas proyectadas en el trueque ubicadas en las proximidades de esta instalación verán revalorizado su precio y en consecuencia los ingresos de los propietarios de suelo serán mayores.
Además del carácter especulativo del proyecto, las protestas ecologistas van encaminadas a los daños que el campo de golf provocará en un entorno de alto valor ecológico. El gasto de agua para una instalación de este tipo perjudicaría, según los denunciantes, al resto del parque regional.
Al margen de la denuncia ecologista, la propuesta del Ayuntamiento par el intercambio de los terreno no tiene desperdicio. Los servicios técnicos municipales acuden a la figura jurídica denominada “cosa futura” para argumentar el convenio de colaboración. ¡Dichosos convenios!
Según esta figura, se tasa el valor de algo que todavía no existe y que en un futuro se puede determinar por las partes firmantes del acuerdo; es decir, vía libre al negocio inmobiliario.
Resulta sorprendente que el propio interventor del Ayuntamiento haya elaborado un informe negativo a este acuerdo porque, según dice, la valoración de los técnicos municipales no ha tenido en cuenta el valor del mercado actual. Así, los propietarios del suelo se ven beneficiados al valorar la edificabilidad de la vivienda libre a un precio mucho más bajo del previsto en otras actuaciones urbanísticas del municipio. Menos gasto, más beneficio.
Pero ha dado lo mismo. Con o sin la aprobación de Intervención, lo cierto es que el convenio sigue adelante, el Ayuntamiento y la Comunidad aprueban el proyecto y la Federación de Golf está encantada, al igual que el puñado de aficionados a este deporte en nuestro municipio. No digamos ya los propietarios beneficiados con las viviendas de renta libre.
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