Cuando Aristóteles calificó al hombre (debió ya entonces añadir a la MUJER, con mayúsculas) como un “animal político” seguramente pensó en estrategas de lo social, en oradores del mundo clásico, germen de la “cosa pública”. Seguro que si el filósofo griego hubiese podido aventurar el futuro, el hoy para nosotros, incluiría al alcalde Getafe en su lista como otro “zoo politikon”.
Castro sabe caer siempre (o casi siempre) de pie, políticamente hablando. Le han bastado un par de meses, aprovechando el relajo veraniego de compañeros y adversarios políticos, para dar la vuelta a una tortilla que amenazaba con dejarle en mal lugar dentro del PSOE getafense. Mientras los demás andaban en chancletas mirando el horizonte en lugares dispersos de la geografía española, Pedro Castro se ha ocupado de poner en orden su “corralito” político y volver a tener el máximo control de la Agrupación Socialista.
Sus detractores, amparados por el ex concejal de Urbanismo Santos Vázquez han perdido la batalla, como antes ocurrió con otros ex que intentaron plantar cara. Antes del verano decían disponer de más de un 40 por ciento de los apoyos, cifra importante de avales para buscar alternativas de poder dentro del PSOE local. Ahora, dentro de la asamblea los críticos apenas suman un 10 por ciento de compromisos. Y Pedro Castro arrasa entre los afiliados.
Por si fuera poco, el presidente de la FEMP (alcalde de alcaldes) va a formar parte de la Ejecutiva del PSM por deseo expreso de Tomás Gómez, que será reelegido este fin de semana secretario general de los socialistas madrileños. Su presencia en el órgano de mando del PSM se interpreta como un aviso para sus compañeros alcaldes socialistas, que han andado con cierto aire díscolo en el último año. Quiere Ferraz que Madrid coja fuerza en torno al grupo que coordina el alcalde Parla y no han dudado en jugar las cartas necesarias para lograrlo. Ante esta situación poco son los que se atreven a alzar la voz después de liquidar los restos del “simanquismo” que aún quedaban en algunos ayuntamientos (léase Leganés) y en la Asamblea regional. Castro ha ayudado a que el “nuevo” socialismo disponga de tiempo y apoyos para plantar cara a una desgastada (en clave interna) Esperanza Aguirre.
Pero volvamos al principio. El diccionario griego-español, español-griego define al “zoo politikon” como una persona que hace de la política el eje central de su vida. Y en el caso que aquí nos ocupa no anda descaminado el glosario.
Ahora, con un nuevo fuego sofocado en cubierta, el barco vuelve a poner rumbo norte. Limpiadas las sentinas y apaciguado el exarcerbado ánimo de la tripulación es momento de seguir planificando la ciudad del futuro. Eso sí, el tiempo, enemigo implacable hasta de los políticos, se está encargando de minar los impulsos de antaño. Esa es la principal amenaza para Castro, el paso del tiempo.
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