domingo, noviembre 27, 2005

El Ayuntamiento les torea

Dentro de la particular cruzada que diferentes colectivos y asociaciones vecinales han emprendido contra la política social y vecinal del Gobierno municipal, cobra especial relevancia la protesta de los ciudadnos que residen en el entorno de la Plaza de Toros, en el barrio de El Casar.

Tan enfadados están con Pedro Castro y su grupo de concejales que han llevado su malestar a la red de redes, creando un blog informativo y de opinión. Bajo el nombre de elayuntamientonostorea.blogspot.com han decidido elevar a internet sus protestas.

Los vecinos afirman sentirse engañados por el Ayuntamiento en todo lo relativo al uso que sobre esa instalación municipal se les había prometido. Ya en el año 2002, Pedro Castro les firmó una carta de su puño y letra en la que les aseguraba que en la Plaza de toros no se habilitaría ningún espacio de ocio relacionado con pubs, discotecas ni nada parecido. Ahora, los vecinos esgrimen esa carta para dar una muestra del engaño que dicen sufrir por parte de la Administración local.
Su enfado se multiplica con creces cuando hablan del hijo del alcalde, David Castro, concejal del barrio Getafe Norte. Le acusan de “torearles”, (de ahí el peculiar nombre de su cuaderno de bitácora en la red) y de ausentarse en las reuniones pactadas con los representantes vecinales. Así, dicen, y no les falta razón, que no necesitan concejales que velen por sus intereses.

El tercer punto de su momumental “cabreo” llega cuando hablan de la figura del presidente de la Asociación de Vecinos de Getafe Norte, aquien le acusan de estar más preocupado de contentar al Ayuntamiento que de trabajar por los intereses de los vecinos. Además, le relacionan con funciones ajenas, más próximas a la construcción de viviendas en nuevos barrios que de estar centrado en las necesidades de Getafe Norte.

Son vecinos que se enbcuentran desencantados por la forma en la que el Ayuntamiento está gestionando un problema que dice, no debería haberse generado. El uso de la Plaza de Toros como “discoteca de verano” ha incumplido las ordenanzas mediomabientales en materia de ruidos. Ahí es donde inciden cuando demandan la eliminación de nuevos usos del coso taurino.
Porque la empresa que ha estado trabajando durante todo el verano merced a una adjudicación directa (sin el pertinente concurso público para poder utilizar una instalación de estas características) ya ha anunciado en varios medios de comunicación que la experiencia piloto de esta verano piensan repetirla con más fuerza y contenidos durante la próxima campaña estival.
Los vecinos no están por la labor de consentirlo y llevan varias semanas alzando la voz para demandar actuaciones por parte de sus representantes municipales.

Por desgracia, el movimiento vecinal en el barrio de Getafe Norte no es el único que se está produciendo en nuestra localidad en los últimos tiempos. La creación de nuevas asociaciones y plataformas vecinales con un claro matiz reivindicativo pone en tela de juicio el modelo asociativo que lleva funcionando en Getafe los últiomos años.

Desde el Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, se ha realizado un trabajo de acercamiento para que las asociaciones vecinales sean elementos de uso y disfrute del Gobierno municipal. A la cabeza de la mayoría de estas asociaciones se han colocado militantes del partido en el poder, que no dudan en mostrar en público sus estrechos vínculos de amistad con el alcalde y sus concejales y que, en algunos casos, han resultado “beneficiados” por la Administración local, bien en su persona o en sus familiares.

Con este panorama no es de extrañar que lo que en un principio deben ser instrumentos para que los vecinos puedan trabajar en su derecho y deber de reivindicar mejoras sociales, se conviertan en plataformas de propaganda y defensa del Gobierno municipal.

Lo peor de todo este asunto es que la aparición de las nuevas asociaciones y plataformas es vista desde el Consistorio como un ataque a los intereses de nuestros gobernantes y se oponen, con decisiones discutidas en muchos casos, a que puedan surgir voces nuevas en el tejido asociativo de la localidad.

El enfrentamiento con los vecinos está servido. Tanto es así que la supresión de los Consejos de barrio, hasta la aprobación del Reglamento de Participación Ciudadana y la aplicación de al Ley de Grandes Ciudades (en la que recientemente se ha incluido al municipio de Getafe por sus especiales carcaterísticas y dotaciones) ha vuleto a dejar muda una de las “patas” sobre las que se debe sustentar el modelo de participación vecinal.

Una muestra más de la necesidad que tiene el Gobierno local de reconducir una situación que se le está escapando de las manos, pero en lugar de apelar al diálogo y al entendimiento lo que se les ocurre es eliminar los cauces de comunicación con los vecinos, verdaderos artífices de que ellos estén donde están en estos momentos.

Como en el cuento tradicional, no quieren hacer caso del “Pepito Grillo” que es el movimiento vecinal. Una voz de su conciencia a la que debería escuchar cualquier Administración para comprender que ni es oro todo lo que reluce, ni la suya es la única voz que tiene autoridad para aplicar soluciones a los problemas de Getafe.

Y no se dan cuenta que, al igual que le sucede a pInocho, siempre es bueno tener alguien cerca que pueda aconsejar, asesorar y, en muchas ocasiones, regañar, cuando las cosas no se hacen bien. Geppetto, viejo como es, recibe la ayuda de ese peculiar personaje que en la fábula se encarga de conducir al protagonista por la senda correcta.

Getafe y su movimiento vecinal necesita de esa renovación que se empieza a poner en marcha y que habla de ciudadanos con inquietudes, necesidades y reivindicaciones que van creciendo y evolucionando a medida que lo va haciendo nuestra ciudad.

Sólo entendiendo que la sociedad avanza a pasos agigantados y reclama lo que en verdad le pertenece, pueden aplicarse soluciones a los problemas de los vecinos.

Lo demás es estrellarse contra un muro y seguir añorando tiempos pasados. Claro que, en contra de Jorge Manrique, en Getafe “cualquiera tiempo pasado” no tuvo por qué ser mejor.
Cuestión de futuro.

domingo, noviembre 20, 2005

Siempre son los mismos

La denuncia de diferentes grupos ecologistas sobre una presunta operación especulativa con los terrenos del campo de golf en Getafe vuelve a poner en el tapete las actuaciones profesionales de ex concejales socialistas, dedicados al negocio del ladrillo una vez finiquitada su labor política. Resulta cuando menos curioso que allá donde hay un problema urbanístico (leáse denuncias por especulación, posibles tratos de favor, actuaciones sospechosas) siempre figuran relacionados los nombres de empresas vinculadas a los ex ediles y su grupo de amigos.
En esta ocasión sus pretensiones han conseguido hacer saltar las alarmas entre los grupos ecologistas de la Comunidad de Madrid, que denuncian la aprobación de un campo de golf en terrenos del parque regional del sureste. Según estos colectivos se trata de “una operación especulativa” que respaldan tanto el Ayuntamiento como el Ejecutivo de Aguirre.
La operación es bien sencilla: un grupo de empresarios adquiere suelo rústico en Perales del Río, proponen a la Administración (en la que deciden ex compañeros de partido, algunos de ellos íntimos amigos) un trueque de esos terrenos para la construcción de espacios deportivos por suelo residencial que les permita edificar viviendas de renta libre y los políticos aceptan el trato. Resultado: campo de golf y beneficios millonarios.
En su denuncia, los ecologistas critican que las dependencias del campo de golf se construyan dentro del propio parque regional, un espacio natural protegido. De este modo las viviendas proyectadas en el trueque ubicadas en las proximidades de esta instalación verán revalorizado su precio y en consecuencia los ingresos de los propietarios de suelo serán mayores.
Además del carácter especulativo del proyecto, las protestas ecologistas van encaminadas a los daños que el campo de golf provocará en un entorno de alto valor ecológico. El gasto de agua para una instalación de este tipo perjudicaría, según los denunciantes, al resto del parque regional.
Al margen de la denuncia ecologista, la propuesta del Ayuntamiento par el intercambio de los terreno no tiene desperdicio. Los servicios técnicos municipales acuden a la figura jurídica denominada “cosa futura” para argumentar el convenio de colaboración. ¡Dichosos convenios!
Según esta figura, se tasa el valor de algo que todavía no existe y que en un futuro se puede determinar por las partes firmantes del acuerdo; es decir, vía libre al negocio inmobiliario.
Resulta sorprendente que el propio interventor del Ayuntamiento haya elaborado un informe negativo a este acuerdo porque, según dice, la valoración de los técnicos municipales no ha tenido en cuenta el valor del mercado actual. Así, los propietarios del suelo se ven beneficiados al valorar la edificabilidad de la vivienda libre a un precio mucho más bajo del previsto en otras actuaciones urbanísticas del municipio. Menos gasto, más beneficio.
Pero ha dado lo mismo. Con o sin la aprobación de Intervención, lo cierto es que el convenio sigue adelante, el Ayuntamiento y la Comunidad aprueban el proyecto y la Federación de Golf está encantada, al igual que el puñado de aficionados a este deporte en nuestro municipio. No digamos ya los propietarios beneficiados con las viviendas de renta libre.

Vientos del pueblo me llevan…

…vientos del pueblo me arrastran. (Miguel Hernández)
El desalojo del Pleno municipal por parte del alcalde y presidente, Pedro Castro, no hace sino evidenciar la crispación política que se vive en Getafe. Centro de todas las miradas, este municipio del sur de Madrid se ha convertido, por la actuación de sus gobernantes, en noticia a nivel nacional. Agresiones, agredidos, heridos leves, forcejeos, gritos, acusaciones, declaraciones; un bochornoso espectáculo que dice muy poco a favor de nuestra clase política y su manera de encauzar los debates plenarios.
En esta ocasión le toco el turno al ¡¡¡Estatuto catalán!!!, poniendo de manifiesto que cualquier asunto sirve para ponerse a caer de un burro. Pero, si lamentable es que la clase política local esté más preocupada de vejar a su oponente, más lo es todavía que manden actuar a las fuerzas del orden público cuando hay vecinos (de la ideología que sea) que muestran sus opiniones en el salón de plenos.
El político de turno debe ser ejemplo de caudal democrático y encajar todo aquello que provenga de sus vecinos, a la sazón votantes y electores, criadero del votos del que se nutren los sillones sobre los que se apoltronan cada cuatro años. Pero no, en Getafe sólo sirve el “¡señor, sí señor!” y no hay lugar a la discrepancia.
El gobierno municipal anda dando evidencias flagrantes de su esquizofrenia política. Viendo enemigos por todas partes, ahuyentando fantasmas (viejos y nuevos), sintiéndose perseguido por no sé quién.
El escritor Michael Crichton, en su celebérrima novel “parque Jurásico” hace constantes referencias a la “Teoría del caos”. Pues bien, aquí, quienes nos dirigen desde el Ayuntamiento hacen suya esta teoría para intentar explicar lo que pasa en el municipio. Según ellos, la oposición y determinados agentes sociales intentan sembrar el “caos” en la ciudad; ponerlo todo patas arriba y crear un estado de confusión. Y aquí es donde se equivocan.
Nunca ha tenido Getafe una oposición tan corta a la hora de ejercer como tal. Lo que ocurre es que se están limitando a nadar a favor de corriente y beneficiarse de los innumerables desvaríos del Gobierno local. De hecho, el portavoz popular, José Luis Moreno, ni siquiera estuvo presente en el Pleno que ha provocado esta nueva “tormenta” política y sigue sacando rédito del desalojo.
La nave dirigida por Pedro Castro hace agua por todas partes. Y el capitán no sabe o no quiere saber qué hacer para evitar el naufragio. Si así estamos a mitad de legislatura, ¿qué demonios va a pasar a partir de ahora?
Problemas por donde se mire.
El urbanismo (¡dichoso urbanismo!) camina a ciegas, sin solventar el desarrollo de nuevos barrios, permitiendo juntas de compensación en según qué zonas y según qué propietarios, vendiendo humo y dejando insatisfechos a todos los agentes que forman parte del mundo del ladrillo.
Los vecinos de la calle Ferrocarril dicen no creer a los concejales cuando les prometen soluciones y ahora se acepta (ya desvelado desde este medio de comunicación) que hay informes que hablan de los problemas de las casas en relación a las vías del tren.
La explosión de la calle valencia ha dejado a 400 familias tremendamente disgutadas con la actitud municipal ante el problema del arreglo de sus viviendas.
En asuntos fiscales la ecotasa ha tomado el relevo de los vados y se ha convertido en caballo de batalla de colectivos vecinales, con recursos ganados en muchos casos y tribunales que quitan la razón al Ayuntamiento.
El botellón , los actos vandálicos en dependencias municipales y otras situaciones de este tipo también han sido caldo de cultivo de las protestas vecinales.
Pero hay más: centros cívicos que se cierran por obras sin avisar, otros que se abren después de sufragar el ayuntamiento los impagos de casas regionales, tala de árboles, suciedad en las calles, molestias de la plaza de toros adjudicada a una empresa privada, denuncias a cargos de confianza por acoso laboral; y si echamos mano de las hemerotecas daría para escribir una enciclopedia de la queja vecinal.